Bueno, ya están en funcionamiento las 22 farolas del camino del cementerio. Casualmente el mismo día que empezaron a emitir luz, estaba la mitad de la calle Mayor a oscuras; cosas que pasan.
Haciendo balance de la maravillosa obra:
1.-Muerte de numerosos ejemplares de pino blanco y ciprés que estaban en perfecto estado y formaban parte de nuestro paisaje desde hace setenta años.
2.-Incumplimiento de la normativa de protección de veredas. Con el objetivo de garantizar su protección, se constituyó la Mesta en la Edad Media, y gracias a ella hemos heredado un valioso patrimonio natural y cultural. Un patrimonio que no tengo muy claro que sobreviva a estas generaciones de políticos.
3.-Impactos sobre el frágil ecosistema nocturno. Alteración del reposo de muchos animales, de las relaciones depredador-presa (camuflaje), de los ritmos biológicos de los seres vivos.
4.-Derroche de recursos energéticos y de dinero.
5.-Pérdida de cielo estrellado declarado por la UNESCO patrimonio de las generaciones futuras.
Todo esto teniendo una orden de paralización de las obras emitida por la Conselleria y sabiendo que la sanción económica aumenta cada día que se incumple la orden.
Así que, cuando el domingo vayamos al cementerio, pensemos un poquito en todo esto antes de decir "preciós, filla, preciós".
No hay comentarios:
Publicar un comentario