23 de diciembre de 2010

A propósito del árbol de los pisos azules

Val d´Aran (Octubre 2010)

Os cuento unas cosas que he leído últimamente:

Resulta que se están haciendo numerosos estudios sobre los efectos del contacto con la naturaleza sobre la salud humana.

Supongo que sabéis que existen dos tipos de atención: cuando un estímulo despierta nuestro interés (involuntaria) y cuando prestamos atención a ciertas cosas aunque no nos interesen (voluntaria). Pues bien, esta última es necesaria para el correcto desarrollo de la inteligencia emocional pero necesita desconectar de vez en cuando. El medio urbano repleto de estímulos desagradables agota la atención voluntaria, hay que hacer un gran esfuerzo para no escuchar los ruídos (coches, gritos, sirenas), para superar la monotonía de las calles de asfalto. El medio natural, en cambio, con su riqueza de formas, colores, olores nos ofrece esas pequeñas desconexiones lo que permite que podamos desarrollar después tareas más complicadas de forma más eficiente.

¿Sabíais que en un estudio los niños de un hospital que veían árboles desde su ventana se curaban antes que los que no los veían? ¿Y que los factores de riesgo para sufrir un infarto (masa corporal, colesterol, tensión arterial) aumentan con el grado de urbanización de las ciudades? ¿Que los niños que viven más cerca de áreas con árboles gozan de mejor salud (mejor desarrollo físico, menos enfermedades crónicas...)? ¿O que a mayor presencia de árboles menos episodios de asma?

Así que: si la salud es la capacidad del ser humano para adaptarse a su entorno, si estábamos adaptados al medio natural, si hemos abandonado la naturaleza demasiado pronto y si nuestra especie evoluciona muy lentamente, ya tenemos una explicación de porqué nos "sienta tan mal" vivir en el medio urbano.

Ya que todavía vamos a tardar en extinguirnos (aunque lo haremos al ritmo que vamos y no me parece del todo mal), ¿no podríamos hacer las ciudades un poquito más saludables? ¿Dejar algún árbol vivo tal vez?

2 comentarios:

Eups dijo...

Bonito paisaje, casa y foto

Verto dijo...

Me gusta el artículo pero acerca de la reflexión final me gustaría hacer un comentario.

Eres naturalista (comparto tu afición) por que deseas disfrutar de la naturaleza ya que como persona formas parte de la misma, pero si nos extinguieramos ¿Que sentido tendría la vida; tu propia obra y sentido? Pienso que es una contradicción y que el naturalismo conservacionista es incompatible con estar contra el hombre, pues dicha postura implica también estar contra la propia naturaleza que fundamenta su sentido.

Yo estoy contra la extinción, pero comenzando contra la extinción del hombre y en consecuencia perpetuando el sentido conservador Llamalo instinto de conservación, fe o razón, pues todo nos lleva al mismo fundamento: La vida.

Gracias por compartir tu pasión por la misma y un saludo sincero.